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Afonso Guerra: Qué decías, qué hacías y qué hiciste (I).

Hace unos días me hice con el libro de Manuel Vázquez Montalbán "Mis almuerzos con gente inquietante". Y, entre ellos, vi que uno era con Alfonso Guerra. Su lectura me ha demostrado, una vez más, lo demoledora que resulta la historia con los mentirosos y, también, me ha dado la verdadera medida de la abyección de este personaje, abyección similar a la de su jefe Felipe González.
Nadie hoy puede negar que el P$o€ es un partido burgués, capitalista, más del espacio político. Desde que, gracias a estos dos sujetos, entre otros, abandonó del carácter de marxista y revolucionario con el que nació, ha desaparecido todo rastro de socialismo en tal partido, que no pasa de ser una empresa de colocación y de promoción para luego emplearse en los consejos de administración de grandes empresas ubicadas en este país y así defender sus intereses frente a los de la clase trabajadora, parados y desfavorecidos en general.
Cuando tiene lugar el almuerzo, 1984, tal abandono ya se había producido. Ya habíamos podido oír a Felipe González decir una de las mayores tonterías que se hayan dicho en política: "Antes socialista que marxista". ¿Se le ocurría esta majadería a él solo o sería el fruto de la reflexión de la cúpula del partido de aquella época?
Pero vayamos a lo dicho en el almuerzo. Lo primero que quiero decir es que me llamó la atención que Vázquez Montalbán no le hiciera ni la más mínima alusión o referencia al abandono del marxismo, cuando el escritor se proclama comunista. En fin.
"A mí la política no me apasiona. Tengo la convicción cotidiana de que no es la actividad que más me gratifica". Y más: "...porque no nos hace desgraciados la idea de que un día u otro tendremos que retirarnos, al contrario, seríamos más felices ¿Y sabes por qué? Entre otras cosas porque el partido como colectivo es más inteligente que los dirigentes, es un partido con recursos humanos como para que nadie sea imprescindible". No está mal, para una persona que abandonó la política en las últimas elecciones. Debe ser que pasó "sacrificándose" por la clase obrera desde el año 1982, año en el que accede al poder, hasta el año pasado. ¿Cuántos años han pasado? Prefiero no echar la cuenta. Además, de paso, o mentía en aquel momento o desautorizó a todo el partido, porque si nadie era imprescindible ¿cómo es que él y otros como él estuvieron decenios entre el gobierno y el partido? Sin comentarios.
"Haré un balance no solo crítico sino despiadado cuando cumplamos el mandato". La historia reciente nos demuestra qué es lo que entendía este sujeto por "crítico" y "despiadado". Defendió su política antiobrera y capitalista hasta la extenuación y se aferró al cargo y al poder hasta el año pasado. ¡Qué vergüenza!
"No somos unos irresponsables, ni estamos administrando la crisis para racionalizarla y devolver el poder a la burguesía. No somos tan ingenuos o traidores Pensar eso me parece una puerilidad o una mezquindad. No estamos aplicando el esquema de Friedmann, nosotros liberamos recursos para avanzar. Racionalizamos hoy para transformar mañana". ¿Puede alguien encontrar mayor ejemplo de abyección? No tenían que devolver nada a la burguesía, ellos eran y son esa burguesía; eran ya sus agentes en el gobierno para hacer la política que requerían los capitalistas españoles y los de la entonces CEE. Evidentemente, no eran ingenuos, eran unos traidores, en toda regla, a la clase trabajadora; traición ya iniciada con el abandono del marxismo y su conversión al capitalismo, con el mayor ardor del neófito que quepa imaginarse. El paso de los años nos demostró a todos cómo se había racionalizado para transformar, si no que se lo pregunten al gran capital español y a la clase trabajadora. A los primeros por sus grandes ganancias y a los segundo por sus enormes pérdidas.
"La izquierda....emplean mucha de demagogia en esta cuestión. Pero si estuvieran en el poder y no fueran locos o necios harían lo mismo que estamos haciendo nosotros....por ejemplo, la reforma del Estado, el saneamiento de la economía de mercado, de la banca, etcétera. Pero como la derecha civilizada no lo ha hecho....pues esas tareas fundamentales...las hemos de hacer nosotros" Ante este cúmulo de insensateces, como se ve de "profundo" corte socialista y obrero, Vázquez Montalbán (¿irónicamente?) dice: "Es decir, el PSOE es un partido revolucionario". Ante lo que Guerra, en un ejemplo de cinismo y sinvergonzonería sin límites, afirma sin despeinarse: "Que nadie lo ponga en duda". ¡Y pensar que consiguieron engañar a millones de trabajadores que veían como estas afirmaciones eran desmentidas por los hechos un día sí y otro también! Efectivamente, cierres de empresas públicas, despidos masivos, pérdida paulatina e inexorable de derechos laborales, apoyo sin cesar un solo día al gran capital. Y qué decir de la privatización de empresas de servicios públicos tan esenciales como la telefonía, la energía, los combustibles, etcétera, imprescindibles para garantizar el acceso de todos a ellos y a unos precios que no busquen otra cosa que el lucro desmedido que persigue todo capitalista. En fin, una muestra clara y evidente de "transformación socialista". Inconmensurable falta de decencia.
Y ahora un toque de machismo. Dice Vázquez Montalbán: "A la pobre Soledad Becerril le soltaste una grosería impropia de un caballero". Y responde el ínclito Guerra: "Tal vez no sea un caballero. Pero decir que parecía Carlos II vestido de Mariquita Pérez no era un ataque a la persona, sino a la imagen". ¡Qué diferencia tan feminista esta que establece este sujeto entre persona e imagen! ¡Cómo si la imagen no fuera la de la persona! En este caso, una mujer. Machismo en estado puro.
Fin de esta entrega. Seguirá una segunda y última.

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