Uno de los principales problemas al que ahora mismo se está enfrentando Podemos se deriva de la trascendencia pública que tiene este partido debido a su participación en las instituciones: Congreso, Autonomías y Ayuntamientos. Efectivamente, cuando era un movimiento puramente asambleario, cuando no había una organización centralizada y burocratizada, cuando todo fluía boca a boca, cuando las acciones no dependían de cálculos tácticos, cuando alguien convocaba y a los que les parecía bien acudían, en resumen, cuando se estaba contra (o al margen, si se quiere) de las instituciones, todo era más fácil: no hay poder que conservar, no hay que decidir si se apoya a uno o a otro en la investidura, es decir, no se entraba en el sistema, se estaba contra él. Creo que en Podemos no ha habido un debate sobre si entrar o no en las instituciones, que era por donde se tenía que haber empezado. Debate muy difícil, pues no olvidemos que, a finales del S. XIX y principios del XX, esta cuestión estab