Ayer oí al infame de Mariano Rajoy decir en Bruselas lo siguiente, poco más o menos: Si yo me dejara presionar por los poderes económicos no merecería ser presidente del gobierno. Y se quedó tan contento. Como Pons, que estaba a su lado, y ni se despeinó al oír esto. Hagamos ahora un poco de memoria. Cuando este faro de occidente presentó los presupuestos, creo que para el año 2013, dijo, y no se cansó de repetirlo, que no le gustaban ni a él ni a su gobierno, pero que había que hacerlos así por culpa de lo hecho (o mejor dicho, no hecho) por el gobierno anterior del P$o€ (esta siglas las pongo yo) y para que "nuestros socios", decía, confíen en nosotros y para que los que nos prestan dinero, nos lo sigan prestando. Lo podía haber dicho más alto pero no más claro. Las presiones de los poderes económicos de la Unión Europea (¿o el BCE no es un poder económico?) y las de los grandes capitalistas que prestan dinero al estado (¿estos no son poderes económicos?) eran claras: o se