Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2014

Linde: ¡Menudo Gobernador!

Resulta que el Gobernador del Banco de España, pese a todas las matizaciones que se hicieron desde esta institución, se ha subido el sueldo el 5%. Por otro lado, tal Gobernador se ha mostrado contrario a las subidas salariales generalizadas y el Gobierno ha subido el salario mínimo interprofesional de 645 euros a 648, es decir, 3 euros. La verdad es que la gentuza a la que permitimos gobernar no tiene vergüenza alguna. Mientras ellos tienen los sueldos que tienen (y cómo dice la sinsubstancia de la vicepresidenta del Gobierno, para qué quieren más si con lo mucho que trabajan no tienen tiempo para gastarlo), el resto o no tiene nada (millón y pico de hogares donde no entra un euro), o se tiene que conformar con el subsidio de paro o, en fin, tiene un sueldo-basura unido, también, a un empleo-basura. O tiene que pagar eso que se llaman servicios públicos (educación, sanidad, etc) mediante fórmulas como el copago farmacéutico, la subida de tasas y demás. Y no digamos nada de las pensione

Juan Manuel Prada: Pecado original.

Escribe Juan Manuel Prada, en ABC, el sábado 13 de diciembre, un artículo titulado "Pecado original". Me interesa destacar lo siguiente. Para el autor, el pecado original es el único dogma teológico que admite comprobación empírica, pues salta a la vista, dice, que "la naturaleza humana está manchada"; y solo la soberbia humana, imbuida "en la memez roussoniana de que el hombre es bueno por naturaleza y puede sin auxilio divino alcanzar la perfección", puede poner en tela de juicio tal cuestión. Ciertamente, si hacemos caso al Génesis, Juan Manuel tiene razón, pues habiendo prohibido Yavé a Adán y Eva comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, le desobedecieron (eso sí, tentados con éxito por Satanás) y comieron la famosa manzana. Desde ese momento hasta hoy (unos 150.000 a 200.000 años) parece claro que la historia de la humanidad muestra algún tipo de mácula en el ser humano, pues nuestra historia no puede ser definida precisamente como

Rajoy: sandez va, sandez viene.

Como se nota que Rajoy sabe perfectamente para quién habla: para millones de tontos. De otra manera resultan incomprensibles sus afirmaciones de que la crisis es historia y de que estas serán las Navidades de la recuperación. Para el gran capital y los grandes burgueses no ha habido crisis. Yo no he visto a Felipe González pasar apuros ni a Rajoy ni a Patricia Botín ni a Alierta. Luego, ellos no son los destinatarios de tales estupideces. ¿Podrán serlo los habitantes de ese 1.800.000 hogares en los que no hay ingresos? ¿Quizás alguno de los más de 4.500.000 parados? ¿O acaso se lo esté diciendo a los millones de trabajadores con un salario de miseria que no les permite llegar a fin de mes? ¿Se lo dirá a esos miles de padres que no pueden dar más que una vez al día comida calientes a sus hijos? ¿A los que no pueden encender la calefacción por que no tienen con qué pagarla? Lamentablemente, la respuesta es sí. Los destinatarios de semejantes sandeces son esas personas, la cuales, pese a

Patxi López: ¡Vaya cara!

El viernes 28 de noviembre leí en El País un artículo de Patxi López titulado "Renovar el pacto ciudadano". La verdad es que todo él no es más que un cúmulo de tonterías y mentiras, muy en la línea de a lo que nos tienen acostumbrados estos "progres" burgueses defensores a ultranza de que la explotación de los trabajadores por los capitalistas debe continuar. El artículo empieza con un canto al pacto constitucional del 78, el cual, según Patxi, significó la conquista de "nuestros derechos y libertades". Se le olvida a tan insigne político o quiere ocultar que esos derechos y libertades no dejan de ser puramente formales y que lo único que consagró el pacto del 78, en la línea de lo que venía sucediendo en España, fue que el capital continuó su marcha triunfante y consiguió que desde aquella fecha hasta hoy los derechos de los trabajadores fueran cercenándose imparablemente  (y todavía no se puso fin a este proceso, bastando para convencerse de ello oír día